Un viajero nos cuenta como eran estas tierras hacia 1820

Por Jorge Colmán

Una forma fascinante de trasladarse en el tiempo es a través de las cartas y crónicas que distintos viajeros escribieron en su época. En esta nota intentaré reconstruir la mirada de un inglés —en misión diplomática y, posiblemente, también como espía— que recorrió el "Camino Real" desde Buenos Aires hacia el interior del país. Incluyo aquí aspectos vinculados a la producción, el paisaje y las ciudades, con foco en el análisis local, para facilitar la comprensión del texto.


Los Caminos Reales

Durante el Virreinato del Río de la Plata, y también tras la independencia, los Caminos Reales y sus postas fueron vitales para la comunicación y el comercio en Buenos Aires. Estos caminos conectaban la ciudad con otros núcleos urbanos del virreinato.

Las postas —también llamadas “paradas” o “estancias de posta”— eran establecimientos estratégicamente ubicados donde los viajeros y correos podían descansar o cambiar caballos. Resultaban fundamentales para el funcionamiento del sistema de transporte y comunicaciones de la época.

Estas son algunas de las postas destacadas en el tramo bonaerense del Camino Real:

Puente de Márquez: una de las primeras postas, ubicada a 7 leguas de Buenos Aires.

Cañada de Escobar: a 6 leguas del Puente de Márquez.


Villa de Luján: a 8 leguas de la Cañada de Escobar, importante centro religioso y comercial.

Cañada de Rocha: a 2 leguas de Luján.

Cañada de la Cruz: a 5 leguas de la anterior.

Areco: a 6 leguas, reconocida por su actividad ganadera.

Chacras de Ayala: a 5 leguas de Areco.

Río Arrecifes: a 7 leguas.

Pueblo de Arrecifes: a 8 leguas del río.

Fontezuelas: a 5 leguas.

Arroyo de Ramallo: a 6 leguas.

Arroyo del Medio: a 5 leguas, marcando el límite con la actual provincia de Santa Fe.

Para facilitar la comprensión, acompaño esta nota con un mapa que señala las postas mencionadas.


El embajador y viajero inglés Alexander Caldcleugh

Caldcleugh fue parte del personal de la embajada británica en Río de Janeiro y emprendió un viaje que lo llevó desde allí hasta Buenos Aires, y luego a Chile y Perú. De ese periplo dejó testimonio en su crónica titulada Travels in South America during the years 1819-20, traducida al castellano por el historiador José Luis Busaniche.

A continuación, presento algunos fragmentos comentados de su recorrido por el norte de Buenos Aires, que permiten reconstruir paisajes, modos de vida y aspectos sociales de la época.

El relato del viaje

"Sabía que las pampas ya estaban muy despobladas por las invasiones de los indios del sur y apresuré mi partida porque cualquier dilación podría hacer impracticable la travesía...”


Caldcleugh refiere aquí un temor que responde más al imaginario europeo que a la realidad concreta de 1820. Para ese entonces, la ruta estaba asegurada en gran parte, y si bien existían ataques ocasionales, los malones eran más frecuentes en el sur de la provincia de Buenos Aires.

"En cuanto a comodidad personal, reduje mi equipaje a una maleta ligera y un colchón...”

Su equipamiento era típico del viajero de época: liviano y práctico, con yerba mate, té, azúcar, bizcochos y aguardiente en chifles. También cigarros, a pedido de Chiclana y los postillones. (Postillón: guía a caballo que acompañaba carruajes o ganados entre postas.)

"Me vestí a la usanza del país: poncho cordobés, botas de lana, grandes espuelas y sombrero de paja..."

Intentaba mimetizarse con el paisanaje para no llamar la atención, aunque no dejó de estar bien armado con cuchillo inglés y pistolas.

"En otro tiempo, y en el trayecto del camino, vivían familias honradas que proporcionaban caballos a los viajeros..."

En realidad, esas familias estaban obligadas a ofrecer ese servicio por ley, conforme al Reglamento de Postas de 1791. No se trataba tanto de una cuestión de honradez como de deber legal.


"El viaje en sí ofrece poco interés: una llanura continua con pocos árboles..."

El paisaje de la pampa es justamente eso: inmensidad sin límites visuales. Sin herramientas de navegación, perderse era fácil.

"El 24 de febrero, a las siete de la mañana, nos pusimos en marcha..."

Aquí ya se acerca a la zona de General Sarmiento, mencionando el Puente de Márquez. Observa campos cultivados y sembrados, lo que muestra la incipiente competencia entre agricultura y ganadería.

"En un principio atravesamos campos de pastos resecos... Dejamos a la izquierda un pueblito llamado Cañada de Morón..."

Describe la fauna y flora: cardos, aves, cepa caballo (Xanthium spinosum), y vacas gordas, a pesar del pasto escaso. Menciona Morón como referencia clara de su itinerario.

"Hasta la Cañada de Escobar hay siete leguas... abundante ganado y vizcacheras..."

Aquí ingresa a nuestro actual territorio. Predomina la ganadería, y las vizcacheras representaban un riesgo real para los carruajes. Las pulgas, omnipresentes, hacían que muchos optaran por dormir al aire libre.

"Muy de mañana nos pusimos en camino hacia la Cañada de Rocha... pasamos tres ombúes..."

El ombú como símbolo de la pampa aparece destacado. Describe también Luján como un pueblo bien edificado, con Cabildo e iglesia de renombre.

"El lunes a las dos de la mañana estábamos en pie... hasta la Cañada de la Cruz..."

Hoy conocida como Exaltación de la Cruz, ciudad declarada histórica. El paisaje húmedo y las cañadas anegadas siguen siendo parte de la realidad de esa región.

"Hasta Areco, seis leguas... Vimos sauces, yerba de la perdiz y gran cantidad de aves..."

Ya en San Antonio de Areco, describe flora y fauna, y la presencia de fósiles, como el diente de megaterio. La “yerba de la perdiz” (Margyricarpus pinnatus) aparece también en el relato, mostrando cómo se recogía el saber local.

Reflexión final

El viaje continúa más allá del tramo aquí analizado, y recomiendo su lectura completa. Esta nota busca ofrecer una aproximación al paisaje, las limitaciones del territorio y la vida de su gente en una etapa de transición entre el orden colonial y la independencia. A través de la mirada extranjera de Caldcleugh, podemos comprender mejor la historia local que nos constituye.

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