De cuando Grand Bourg se comunicaba por palomas mensajeras

Por Jorge Colmán. Haciendo un poco de historia, de como era Grand Bourg hace 56 años atrás, a través de la nota que transcribimos a continuación y que salió publicado en la editorial del diario La Prensa, en su edición del domingo 23 de Agosto de 1964.

Las palomas mensajeras en la historia argentina

Las primeras palomas mensajeras llegaron a nuestro país el 15 de Agosto de 1886 en el Vapor "Senegal", al puerto de Buenos Aires, con destino a la ciudad de Zárate para trabajar en una celulosa los colombófilos belgas Emilio Duvivier y Pedro Van den Zander.

En 1926, el presidente Marcelo Torcuato de Alvear decidió crear la "Federación Colombófila Argentina", bajo la tutela del ejército, vistos los antecedentes europeos del uso de palomas mensajeras en distintos conflictos bélicos y como herramienta de comunicación. Los aficionados, de buen pasar económico, así como el gobierno, importaron palomas belgas y francesas de los mejores orígenes.

En 1945, la Federación colombófila llegó a tener la mayor cantidad de criadores reconocidos en el país, unos 6.000, que anillaban 120.000 pichones.Fue el punto más alto de la cria y deporte con palomas, que aún persiste con una importante cantidad de criadores y especies.

La nota de La Prensa 

"A menos de 40 kilómetros de esta capital sobre la líneas del ferrocarril General Belgrano, que pasando por Boulogne Sur Mer se dirige hacia el oeste se encuentra el apeadero o parada Grand Bourg alrededor el cual se ha formado en poco tiempo una población que cuenta ya con 35.000 habitantes, iglesia parroquial, seis o siete escuelas primarias, oficiales o subvencionadas y particulares, varias líneas de ómnibus y muchas casas de comercio. Pero carece de pavimentos y de los servicios públicos indispensables como ser teléfonos, registro civil, agua corriente y obras de salubridad, recolección de residuos, distribución de correspondencia, Etc.

Esta última se recibe y se despacha en una estafeta instalada en un pequeño espacio cedido por una carnicería y verdulería y los telegramas llegan solo hasta Los Polvorines, dos estaciones antes de Grand Bourg, de modo que la incomunicación telefónica y telegráfica puede considerarse total.

Es curiosa la forma en que la población remedia esta situación de aislamiento. Existen varias farmacias que como todos los establecimientos de ese ramo, necesitan proveerse una o dos veces por día en las droguerías. Una de esas farmacias se comunica con su proveedor, situado en Haedo, por medio de palomas mensajeras. Diariamente suelta una o dos, que tienen su palomar en la citada localidad de Haedo, con el pedido de medicamentos el que llega a su destino en 10 o 15 minutos, y a las dos o tres horas ya lo tiene en su poder, justamente con la misma u otra paloma para el próximo mensaje. Es de notar que en otras localidades próximas provistas de servicio telefónico prefieren, no obstante, a las palomas, por ser más rápidas, desde que no hay operadoras intermedias, interrupciones del servicio, líneas ocupadas, Etc.

Juntamente con ese primitivo medio de comunicación, algunas farmacias de la zona se comunican entre sí y con una asociación cooperativa proveedora de medicamentos, por radioteléfonos, que muchas veces sirven también para trasmitir o recibir mensajes de urgencia ajenos a los servicios farmacéuticos. Pueden mencionarse las localidades de Del Viso, José C. Paz, San Miguel y Bella Vista -Todas del partido de General Sarmiento- entre las que utilizan este sistema; además, las dos primeras e Ingeniero Pablo Nogués se sirven de las palomas.

En cuanto al problema de la falta de pavimento, parece en vías de solucionarse gracias a la acción de la Cooperativa de Pavimentación, de Salubridad y Urbanista, formada por los vecinos, que han proyectado, a manera de ensayo, la construcción de calzadas en cien cuadras y ha llamado a licitación para esa obra, que será costeada por los propietarios.

Contrasta el plausible empeño de los vecinos por dotar a la población de las obras y servicios públicos indispensables con la lentitud de las administraciones de distintas jurisdicciones en extender sus beneficios a un centro urbano tan densamente poblado y edificado en materia de teléfonos, por ejemplo, debe hacerse constar que a uno o dos kilómetros de Grand Bourg, existen casas de «fin de semana» que tienen ese servicio, lo que indicaría que no puede costar mucho extender las líneas a la localidad mencionada".

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